Publicado en 1937, este libro tiene enseñanzas que se mantienen vigentes en la actualidad sobre la riqueza y cómo ganar dinero.
Cuando el escritor y conferencista Napoleon Hill publicó el libro Piense y hágase rico en 1937, era uno de los peores años de la Gran Depresión. Justamente ahí se considera que empezó el auge de la literatura de superación personal, y gracias al boca a boca, la obra se convirtió en un éxito instantáneo, traducido a docenas de idiomas.
Dinero y riqueza son dos cosas distintas
Posiblemente el anhelo de muchas personas es tener mucho dinero; y quienes lo tienen dicen que se convierte muchas veces en un gran dolor de cabeza. Sin embargo, tener riqueza es mucho más: es un estado mental que permite planificar los medios para adquirirla y llevar adelante esos pasos.
En este libro se habla del secreto de cómo ganar dinero, un secreto que me contó Andrew Carnegie y que funciona con más éxito cuando uno lo descubre y surge de forma evidente, dice Hill.
El autor se reunió con centenares de millonarios, muchos de los que admitieron que habían hecho fortunas con el secreto de Carnegie, por ejemplo, Henry Ford, Thomas Alva Edison, John D. Rockefeller y Alexander Graham Bell.
El secreto es este: Todo logro, toda riqueza ganada tiene su principio en una idea.
Esto significa que los pensamientos que tienes son cosas, y si esas cosas son útiles y solucionan de verdad los problemas de otras personas, éstas estarán dispuestas a pagar por ello. Por eso es importante aceptar que todo lo que tu mente puede creer, es posible crearlo y alcanzarlo.
Las 10 enseñanzas prácticas
- El deseo es el primer paso de forjar riqueza. Tiene que ser palpitante, algo que te conmueva y que te lleve a la acción.
- Tener una profunda convicción. Es este aspecto cercano a la fe ciega en uno mismo y en su potencial lo que te hará aceptar que no tienes limitaciones, y que puedes lograr que tu mente juegue a tu favor.
- Ser preciso en la meta que se quiere obtener. El autor habla de que, cuando hayas asentado el deseo de tener más riqueza (como un sentido más amplio de abundancia), necesitas hacer seis pasos prácticos. Veamos este ejemplo relacionado con la riqueza económica: primero, determinar exactamente la cantidad de dinero que quieres obtener. Segundo: determinar qué darás a cambio de ese dinero. Tercero: establecer un plazo en el que quieres tener ese dinero. Cuarto: trazar un plan preciso de hábitos que te llevarán a alcanzarlo y empezar de inmediato, con disciplina y constancia. Quinto: escribir y firmar en papel todo lo anterior que has decretado para ti. Sexto: leerlo en voz alta dos veces al día, al levantarse y antes de acostarse. A la vez, pensar, sentir y actuar como si ya estuvieses viviendo la experiencia que quieres crear. El paso en el que falla la gran mayoría de las personas es en el de la disciplina y constancia; si no lo haces, no lo alcanzarás jamás.
- Sumar conocimientos especializados. No se adquieren sólo estudiando en la universidad, sino, fundamentalmente, poniendo en práctica de inmediato lo que se aprende y alinearlo con el plan de acción que estás siguiendo.
- Utiliza apropiadamente tu imaginación. Dice Napoleon Hill en su libro que hay dos tipos de imaginación: la sintética y la creativa. La primera permite asociar conceptos ya incorporados y, al hacer sinapsis con las conexiones neuronales, aparecen nuevas combinaciones. La segunda es la que te permite guiarte hacia lo nuevo con la inspiración que produce resultados innovadores. De inmediato, es necesario pasar esas flamantes ideas a la acción para que no se duerman dentro tuyo.
- Trabajar en equipo. En el plan de acción es importante enfocarse en la organización y la conducción de personas que van a contribuir con tus objetivos y metas.
- Entrena tu liderazgo. Todos los grandes líderes empezaron siguiendo a otros. Luego, aprendieron a liderar: es una habilidad que se puede entrenar. Nadie puede conducir a otros si no toma las riendas de su vida.
- Evita el fracaso: utiliza el autoanálisis. Si bien los tropezones forman parte de la vida, se trata de evitar ir abriéndoles la puerta a cada paso. La gente fracasa porque piensan que hereditariamente no vienen dotados de capacidades o tienen influencias de entornos no favorables.
- Trabaja sobre los tres mayores enemigos del éxito: la indecisión, la duda y el temor. Puede ser que tengas algunos más, y lo interesante es que si trabajas en ellos podrás disminuir la potencia que frena tu desempeño. El juego interno de estos limitantes es que aparecen sin pedir permiso, germinan dentro nuestro.
- Controla tus pensamientos. O, como me gusta decir, gestiónalos. Los pensamientos son la fuente de todos tus logros ya que de ellos depende directamente el éxito o fracaso de tus acciones. En esencia, son energía magnética que atraen lo similar: piensas en negativo, atraes negatividad; piensas en positivo, atraes positividad.
Fuente: www.altonivel.com.mx