Todo aquel que desee hacer una inversión, grande o pequeña, debe tener en cuenta que existen ciertas variables a las que deberá atender si lo que busca es generar un negocio rentable; y si lo que quiere es minimizar, cuanto sea posible, los riesgos inherentes a cualquier inversión.
Para eso, es recomendable que antes de embarcarse en cualquier negocio, el inversor reciba asesoramiento de un especialista para entender de manera más sencilla las ventajas y desventajas de cada opción; y en base a eso, tomar la decisión que considere más adecuada. Además, el especialista es quien cuenta con el conocimiento y experiencia en el rubro, lo que le permite, no solo analizar la rentabilidad del negocio, sino también, si es un buen momento para hacerlo.
Es importante saber que los primeros esfuerzos deberán destinarse a conocer el mercado de interés. Esto significa, investigar y evaluar en detenimiento los mercados para conocer cómo se manejan, cuáles son sus movimientos habituales, quienes son los principales jugadores que intervienen en el sector; al mismo tiempo, que las normativas y leyes que rigen el quehacer de estas industrias. Todo esto para empezar.
En real estate existe una gran diversidad de operaciones y cada una de ellas presenta sus particularidades. En tal sentido, es aconsejable elegir inversiones seguras que protejan el capital, proporcionen flujo de caja y tengan apreciación a largo plazo. Es necesario prestar atención a esto, porque en muchos casos, inversiones que aparentan ser menos atractivas pueden tener la misma rentabilidad y ser más estables.
En el caso de la industria del storage o almacenamiento, que genera en Estados Unidos ingresos anuales por USD 39.5 mil millones y ha sido calificada por Wall Street como una “industria a prueba de recesiones”- las inversiones son seguras y aportan rentabilidad con bajo riesgo. Esto se debe a que la renta está garantizada, el inversor obtiene un título de propiedad, la entrada y salida del negocio es fácil, y en comparación con otros productos del real estate, tiene menos gastos y necesidad de mantenimiento, menos imprevistos, y mucho menos riesgo.
Otra variable que es preciso conocer, es el porcentaje de riesgo de inversión en relación a los activos. Cuanto mayor sea la rentabilidad del negocio, mayor será el riesgo; por eso es fundamental evaluar las distintas alternativas y sus riesgos teniendo siempre en cuenta las expectativas propias y los resultados que se desean o esperan.
Por último, hay que ser fiel a uno mismo. Al final del día lo que se espera es poder dormir tranquilo. Por eso es importante conocerse y conocer el tipo de inversión que se va a realizar. Aceptar nuestras propias limitaciones es una buena manera de evitar riesgos innecesarios. En resumen, cualquier inversión debe ser analizada con cuidado; y esto supone evaluar los riesgos inherentes a la inversión elegida, las normativas existentes vinculadas con esta actividad, y las capacidades y limitaciones propias.
Fuente: www.ambito.com